Receta de Lassi de café

Receta de Lassi de café

por Miriam García

No, no arruguéis la nariz porque no sabéis lo que es un lassi, dadnos tiempo a que os lo expliquemos. El lassi es una bebida popularísima en la India que se bebe fría y que se prepara mezclando yogur con especias, si es salada, o con endulzantes y frutas si es dulce. ¿Cómo os habéis quedado?

Hoy hacemos un refrescante lassi de café con Simbiotic Drink de Priégola, una combinación de sabores que entusiasmará a los locos del café tanto como a los forofos del yogur. Perfecta para un día de verano.

Preparar un lassi no tiene ninguna complicación, no tenemos más que mezclar el yogur o bebida fermentada con nuestro saborizante favorito, en este caso el café, en la proporción que más nos guste y endulzarla o no. Más fácil no os lo podemos poner.

Ingredientes

  • 200 ml de Priégola Simbiotic Drink bien frío
  • 25-50 ml de café recién hecho (cantidad al gusto)
  • Endulzante al gusto (aquí hemos usado sirope de arce)
  • Cacao en polvo (facultativo).

Elaboración

  1. En primer lugar, preparamos el café por el método que más nos guste. Esperamos a que se enfríe.
  2. Servimos en cada vaso el Simbiotic Drink y agregamos el café y el endulzante. Removemos bien para que se homogeneice, porque el lácteo es algo espeso. Si nos apetece, podemos espolvorear la superficie con algo de cacao en polvo. Y lo consumimos de inmediato.
  3. Este lassi aguanta unas horas en la nevera; se puede preparar con algo de antelación y tenerlo esperando bien fresquito.


Priégola Simbiotic Drink. Nuevo formato 500ml

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Helado de Miel, Naranja y Azafrán

Helado de Miel, Naranja y Azafrán

por Miriam García

Se acerca la época de los helados por lo que vamos a hacer un delicioso helado de miel, naranja y azafrán, con sabores casi orientales, aunque también podrían ser levantinos.

Los helados caseros son mucho más fáciles de hacer de lo que suele imaginar la gente y os aseguro que una vez que has probado a hacerlos en casa te arruinan un poco el hecho de tomar helados industriales. ¿Por qué? Porque el sabor de un helado casero es tan puro que no tiene nada que ver con el que dan a los helados industriales los aromatizantes y saborizantes artificiales.

Y si además haces el helado como está mandado, con buena leche y buenos huevos, el resultado es estupendo. Solo te hace falta un proceso de congelación perfecto para disfrutar a tope.

Este helado se hace con una base clásica de crema inglesa, como os explicamos en el helado de vainilla, solo que en este caso se sustituye parte del azúcar  por miel, que no solo endulza sino que da su particular sabor.

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Ingredientes para unos 8 tarros

  • 4 yemas de huevo
  • 100 g de miel suave
  • 35 g de azúcar
  • 390 ml de nata fresca Priégola
  • 160 ml de leche entera Priégola
  • ½ cdta. de sal
  • ¼ cdta. de azafrán en hebras
  • 1 cdta. de ralladura de naranja

Elaboración

  1. Rallamos la piel de la naranja y reservamos.
  2. En un cazo ponemos las yemas de huevo, la miel, el azúcar, la nata, la leche y la sal. Calentamos a fuego muy suave sin dejar de remover.  Es cómodo ir controlando la temperatura si disponemos de algún termómetro de cocina; la mezcla empieza a espesar a partir de 72-73°. Se distingue no solo por el ligero espesado, sino porque desaparece la espuma de la superficie.
  3. Agregamos la ralladura de la naranja y las hebras de azafrán. Cubrimos el cazo con un plástico que toque la superficie de la mezcla de helado y dejamos enfriar a temperatura ambiente.
  4. Cuando la base del helado esté fría la metemos en la nevera toda una noche. Así los sabores maduran.
  5. Al día siguiente hacemos el helado congelando la mezcla. Lo ideal es disponer de heladera, que en mi opinión es el utensilio que da mejor resultado. Mantecamos el helado y a continuación lo metemos en el congelador para que acabe de ponerse firme del todo.
  6. Si carecemos de heladera, lo hacemos por el método tradicional: metemos el recipiente con el helado en el congelador y lo sacamos para batirlo con una batidora de mano cada hora, hasta que esté firme.


Muffins de Chocolate

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por Miriam García
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Los muffins de chocolate son esas magdalenotas de chocolate que nos trajeron hace ya años los establecimientos de comida rápida de origen norteamericano… y que nosotros hemos adoptado sin grandes resistencias.

Porque ¿qué puede parecernos mal en un minibizcocho o magdalena gigante de chocolate y con pepitas de chocolate? Como dice una amiga mía, nunca he conocido un chocolate que no me cayese bien.

Y si a eso añadimos que son bastante fáciles de hacer porque no requieren montar claras de huevo ni zarandajas parecidas que provocan pavor en los poco iniciados, y que podemos usar la rica leche Priégola en su elaboración, pues lo tenemos todo para que nos hagan la ola en casa. Que sí, que esto nos gusta a todos.
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  • 290 g de harina corriente
  • 2 cdtas. de levadura química
  • 50 g de mantequilla fría
  • 85 g de azúcar
  • 15 g de cacao en polvo
  • Un pellizco de sal
  • 150 g de pepitas de chocolate
  • 2 huevos medianos
  • 225 ml de leche entera Priégola
  • 1 cdta. de extracto de vainilla

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Elaboración de muffins de chocolate con leche Priégola
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  1. Pesamos y tamizamos la harina junto con la levadura y el cacao en polvo. Los ponemos en un bol y agregamos la mantequilla fría cortada en dados. Con las puntas de los dedos, frotamos la mantequilla con la harina hasta obtener una mezcla arenosa. Si tenemos un robot de cocina, podemos hacer esto mismo pulsando varias veces la velocidad máxima, hasta que la mantequilla se mezcle con la harina.
  2. Agregamos las pepitas de chocolate y mezclamos. Reservamos.
  3. En otro bol, cascamos los huevos y agregamos la leche, el azúcar, la sal y el extracto de vainilla. Batimos ligeramente.
  4. A continuación, agregamos la mezcla sólida a los líquidos y mezclamos hasta homogeneizar.
  5. Preparamos dos bandejas de moldes de muffins y colocamos una cápsula para muffin o magdalena en cada hueco. Llenamos las cápsulas con la masa cruda hasta unos ¾ de la altura del molde.
  6. Metemos los moldes en el horno previamente calentado a 205°, con calor arriba y abajo, en un nivel bajo del horno.
  7. Cocemos los muffins hasta que hayan subido y empiecen a dorarse por arriba, unos 15-20 minutos. Cuando estén bien cocidos los sacamos del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla.

¡Y a disfrutar!
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Receta de Filloas Gallegas

Receta de Filloas Gallegas

por Miriam García

Las filloas son unas tortitas finas, primas hermanas de las crêpes francesas, y emparentadas igualmente con los frixuelos asturianos. Aunque a diferencia de las crêpes francesas, las filloas se suelen consumir solas, espolvoreadas de azúcar o bañadas en miel, o con un somero relleno de cremas o mermeladas, mientras que las primas francesas son siempre la base de un plato más contundente.

Aunque quizá lleguemos un poco tarde este año, las filloas se elaboran en Galicia principalmente en Carnaval o Entroido, como se dice por aquellas tierras. Llevan poquísimos ingredientes, las auténticas solamente leche, huevos, harina y una pizca de sal, por lo que el arte de las filloas no reside en su composición, sino en la gracia para darles un tostado uniforme y prepararlas tan finas como se pueda.

Os aseguro que este menester requiere una sartén adecuada y mucha práctica, pero sea, estamos dispuestos a practicar lo que haga falta. ¿O no?

Ingredientes

  • 500 g de leche semidesnatada (se pueden hacer con leche sin lactosa)
  • 280-300 g de harina corriente
  • 2 huevos medianos
  • 1 pizco de sal
  • un poco de mantequilla para la sartén

Elaboración

  1. Juntamos todos los ingredientes y los batimos hasta que no se aprecien grumos de la harina. Dejamos reposar la mezcla por lo menos una hora; así la harina se hidrata y la mezcla queda más agradable y algo más espesa.
  2. Ponemos a calentar la sartén a fuego medio. Removemos la mezcla de las filloas, porque con el reposo se habrá posado algo en el fondo.
  3. Cuando la sartén esté caliente la engrasamos con un poco de mantequilla (aunque lo más tradicional es hacerlo pasando un trozo de tocino pinchado en un tenedor) y vertemos un cucharón de masa. De inmediato movemos la sartén con un movimiento circular para repartir la masa por todo el fondo y que lo cubra bien. Cocemos la filloa 1-2 minutos por la primera cara, levantamos un borde con cuidado y le damos la vuelta; a la segunda cara le bastan unos segundos.
  4. Dicen que la primera filloa siempre se tira porque se estropea; pues depende de lo torpe que seas. Es cierto que esta primera tortita debe servirnos para ajustar bien el fuego y la consistencia de la mezcla. Si la filloa nos sale demasiado gorda y basta, diluiremos ligeramente la mezcla. Si por el contrario la masa está demasiado clara y se nos rompe al manejarla en la sartén, significa que debemos añadir algo más de harina y batir. Todo tiene remedio.
  5. Procedemos de igual manera hasta acabar la masa. Vamos poniendo las filloas hechas apiladas en un plato, cubiertas con un paño para que no se enfríen.
  6. Cuando todas las filloas estén listas, las rellenamos como más nos guste, con mermeladas o crema pastelera, por ejemplo, o sencillamente las espolvoreamos con algo de azúcar y canela. Y las devoramos sin piedad.


Receta de Quesada Pasiega

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por Miriam García
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La quesada pasiega es un arcano porque no parece existir una receta muy fiable. Se diría que los nativos del valle del Pas no han tenido una voluntad de transmitir la receta de otra manera que no fuera de padres a hijos. De modo que para preparar mi quesada he seguido una de las fórmulas que da mi amiga Mª Ángeles aquí. Según cuenta, las recetas genuinas llevan queso pasiego fresco, o directamente leche que se cuaja para tal menester, parcialmente escurrida del suero. Normal, por algo se llama quesada este dulce, caramba.
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Aquí vamos a ser un poco menos genuinos, pues no es fácil encontrar queso pasiego fresco en la comunidad de Madrid, pero un poco más prácticos pues usaremos queso tipo Burgos para hacer esta quesada. Que así tampoco queda nada mal, oiga usted.
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  • 1 kg de queso pasiego fresco (o queso tipo Burgos)
  • 100 g de mantequilla derretida
  • 350 g de azúcar
  • 100 g de leche entera Priégola
  • 4 huevos
  • 125 g de harina
  • un buen pellizco de canela
  • mantequilla y harina adicionales para el molde.

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  1. Una vez que tenemos los ingredientes adecuados la elaboración de la quesada no tiene absolutamente ningún misterio. En una batidora ponemos el queso con los huevos y la leche, y batimos enérgicamente hasta que el queso esté bien deshecho.
  2. Agregamos el resto de los ingredientes: la mantequilla, el azúcar, la harina y la canela al gusto. Batimos de nuevo hasta homogeneizar.
  3. Engrasamos un molde grande, redondo o rectangular, con mantequilla y lo espolvoreamos con harina.
  4. Vertemos la mezcla preparada, golpeamos un poco el molde sobre la encimera para que se alise la superficie y lo metemos en el horno caliente a 200°. Cocemos la quesada 30-40 minutos, hasta que esté dorada, se haya inflado y al pinchar el centro con una brocheta salga limpia, señal de que está perfectamente cuajada.
  5. Sacamos el molde y dejamos enfriar la quesada sin desmoldar hasta que esté fría del todo. Ya veréis cómo se desinfla del todo, después de inflarse como un globo en el horno; a esto debe ese curioso reborde exterior más alto que suele tener.

A disfrutar, que se acaba enseguida.
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Receta de Roscón de Reyes casero

Receta de Roscón de Reyes casero

por Miriam García


En ninguna Navidad puede faltar un roscón de Reyes y si es casero, mejor que mejor. La bollería casera requiere cierto esfuerzo, pero el resultado es absolutamente fantástico. Un roscón hecho en casa con ingredientes naturales y sin aromas artificiales es una auténtica sorpresa.

Haceros un roscón casero estas Navidades, serán más felices y el año 2016 os será más próspero al haberlo empezado con tan buen pie.

Ingredientes

  • 500 g de harina de fuerza
  • 200 g de leche entera Priégola
  • 1 palo de canela
  • 25 g de agua de azahar
  • 10 g de ron
  • 2 huevos medianos
  • 80 g de azúcar
  • 10 g de levadura de panadería liofilizada (30 g de levadura fresca)
  • 5 g de sal
  • 80 g de mantequilla ablandada
  • 1 huevo batido adicional para pintar
  • azúcar y almendra laminada.

Elaboración

  1. Cocemos la leche 5 minutos con el palo de canela. Dejamos enfriar por completo. Cuando esté fría, agregamos el agua de azahar y el ron.
  2. Ponemos los líquidos en un bol grande y añadimos el resto de los ingredientes excepto la mantequilla. Mezclamos y dejamos reposar 10 minutos.
  3. Amasamos a mano o en un robot amasador, por lo menos un par de minutos, antes de añadir la mantequilla.
  4. Agregamos la mantequilla blanda en dos o tres tandas, amasando cada vez hasta que se integre por completo. Seguimos amasando hasta que la masa esté fina y elástica.
  5. Ponemos la masa en un cuenco aceitado, la tapamos y dejamos que fermente hasta doblar el volumen.
  6. Pasamos la masa a la encimera enharinada y la desgasificamos amasándola y aplastándola con la mano. Hacemos una bola grande con ella y la dejamos reposar cinco minutos.
  7. Metemos un dedo bien enharinado en el centro de la bola, en vertical hasta tocar la encimera. Vamos abriendo poco a poco el agujero, hasta que podamos meter la mano y levantar el futuro roscón. Vamos estirándolo poco a poco dejándolo colgar de la mano, ya que su propio peso lo estira. Cada vez que percibamos que la masa se resiste a estirarse, por la fuerza de la harina, dejaremos reposar el roscón un par de minutos.
  8. Colocamos el roscón sobre un papel de horno enharinado del tamaño de una bandeja del horno. Le metemos la sorpresa por la parte inferior.
  9. Pintamos el roscón con huevo batido y dejamos que fermente.
  10. Cuando casi haya doblado el volumen lo volvemos a pintar con el huevo batido y lo adornamos con lo que más nos guste; aquí solo hemos puesto azúcar y almendras fileteadas.
  11. El azúcar de cobertura se puede humedecer ligeramente en un cuenco, salpicándolo de agua; de este modo se apelmaza y queda en pegotes grandes.
  12. Cocemos el roscón en el horno perfectamente calentado previamente a 190º en el nivel inferior durante 25-30 minutos. Si se nos dora mucho al final podemos taparlo con un papel de aluminio. Sacamos el roscón a enfriar del todo sobre una rejilla antes de consumirlo.

Y solo queda disfrutarlo con un buen vaso de leche el día de Reyes.


Receta de Crepes Suzette

Receta de crepes Suzette

por Miriam García


Las crepes son una cosa riquísima que gusta a casi todo el mundo y si además van bañadas en una suculenta salsa de naranja y mantequilla, miel sobre hojuelas. Además las crepes Suzette son un postre que no es difícil de hacer y se puede tener parcialmente preparado con antelación, incluida la salsa. Perfecto para una buena celebración.

Las crepes Suzette son unas sencillas crepes clásicas con una salsa de mantequilla y naranja. Hay versiones en que se usa lo que se llama beurre Suzette, una mantequilla pomada mezclada con azúcar y con el zumo y la ralladura de naranja, con la que se rellenan los crepes y luego se flambean con un licor de naranja, tradicionalmente Triple Sec. Aquí hemos preparado una versión sui generis, con las crepes sencillamente bañadas en una salsa con esos mismos ingredientes.

En esta receta de crepes Suzette he usado leche semidesnatada sin lactosa porque es la que yo suelo consumir, pues tengo intolerancia a la lactosa. El líquido para la receta de las crepes puede ser desde leche entera a incluso leche desnatada; el resultado será ligeramente distinto, la leche entera engorda la mezcla para las crepes, pero las crepes salen igualmente deliciosas.

Ingredientes

Para las crepes:

  • 500 ml de leche semidesnatada
  • 3 huevos medianos
  • 1 cdta. de sal
  • 40 g de mantequilla derretida
  • 260-270 g de harina de repostería (depende de la capacidad de absorción de la harina)
  • algo de mantequilla para cuajar las crepes.

Para la salsa Suzette:

  • El zumo de dos naranjas
  • la ralladura de una naranja
  • 3 cdas. de azúcar
  • 50 g de mantequilla
  • 1 cda. de Triple Sec o Cointreau.

Elaboración

  1. Empezamos por preparar las crepes. Mezclamos todos los ingredientes y los batimos hasta que no queden grumos. Conviene dejar reposar la mezcla por lo menos media hora antes de utilizarla para que la harina se hidrate bien la masa quede fina.
  2. Calentamos una sartén grande y antiadherente a fuego medio-alto. La untamos con un poco de mantequilla y, cuándo la sartén empiece a humear, vertemos un buen cucharón de masa. Inclinaremos la sartén para que la masa cubra todo el fondo y cuajaremos la crepe un par de minutos por el primer lado y un minuto por el segundo lado. Vamos poniendo las crepes en una fuente y tapándolas con un paño.
  3. Cuando tengamos listas todas las crepes preparamos la salsa. Rallamos la piel de una de las naranjas y exprimimos ambas naranjas. Mezclamos el zumo y la ralladura, y le añadimos el licor. Reservamos.
  4. Ponemos en una sartén pequeña el azúcar con una cucharadita de agua y calentamos a fuego vivo hasta que caramelice. Cuando esté caramelizado agregamos el zumo con la ralladura, con cuidado porque saltará al estar muy caliente el caramelo. Este se disolverá en el zumo.
  5. Agregamos la mantequilla a la salsa y la reducimos 2-3 minutos. Mientras tanto doblamos las crepes en dos tal como se ve en la foto y las colocamos en una fuente o en la misma sartén donde las hemos cuajado. Las regamos con la salsa caliente y las servimos de inmediato.

¡Buen provecho!