Receta de Pan Brioche

Receta de Pan Brioche

por Miriam García


¿Sabéis que una masa de brioche se puede cocer en un molde para hacer un delicioso pan de molde de brioche? Pues os lo decimos nosotros. Y además os enseñamos cómo hacerlo para comeros unos desayunos de impresión.

Un pan de molde siempre es más fácil que cualquier otro pan, precisamente porque el molde ayuda a sostenerlo y no hay que ser un fenómeno del amasado y del formado, de modo que no temáis, vosotros podéis.

El brioche es una masa de pan enriquecida con huevos, azúcar y mantequilla, en el caso de los brioches más lujosos con una auténtica montaña de mantequilla. Cuanta más mantequilla lleva la masa más delicada y suculenta es, pero más difícil de fermentar. En esta receta usamos una cantidad de mantequilla justa porque os hemos prometido que no es una masa complicada.

Ingredientes

  • 100 g de leche entera
  • 400 g de harina de fuerza, panificable
  • 5 g de levadura de panadería liofilizada (o 15 g de levadura seca)
  • 3 huevos medianos
  • 1 pizca de sal
  • 50 g de azúcar
  • 100 g de mantequilla ablandada

Elaboración

  1. Hacemos en primer lugar un prefermento, con toda la leche, toda la levadura y 100 g de la harina. Mezclamos, tapamos y dejamos fermentar hasta que esté burbujeante, en un lugar templado.
  2. Una vez tenemos esta mezcla levada, agregamos todos los demás ingredientes excepto la mantequilla y amasamos a mano o con un robot. A mí me gusta amasar en intervalos de 1-2 minutos separados por reposos de 10 minutos; los reposos también amasan y afinan la masa por lo que nos ahorran trabajo.
  3. Al cabo de 2-3 ciclos de amasado incorporamos la mantequilla en un par de tandas, amasando bien para que se integre por completo.
  4. Con la mantequilla integrada seguimos amasando en ciclos como los indicados en la instrucción 2, hasta que la masa esté fina y elástica a nuestro gusto; dependiendo de la harina utilizada necesitaremos por lo menos 5 ciclos de amasado-reposo para que la masa empiece a comportarse como es debido.
  5. Hacemos una bola con la masa, la ponemos en un recipiente engrasado, tapamos y dejamos que doble el volumen; tardará varias horas, según la temperatura ambiente.
  6. Cuando haya levado la masa la pasamos a la encimera enharinada y con las manos la aplastamos en un cuadrado algo más corto de lado que el molde donde vayamos a meter la masa. Enrollamos la masa y la metemos en el molde, que habremos engrasado y enharinado, con la unión hacia abajo.
  7. Tapamos el molde y dejamos que doble el volumen de nuevo, como mínimo (lo ideal es que suba una vez y media).
  8. Cuando el cilindro esté bien levado cocemos el pan en el horno calentado a 190°, con calor arriba y abajo, unos 35-40 minutos.
  9. Sacamos el molde, separamos un poco el pan de las paredes y lo invertimos sobre una rejilla.

Este pan brioche en rebanadas elevará vuestros desayunos a un nivel de excelencia nunca visto. Tostadito con mantequilla os hará empezar el día con buen pie. Y buen provecho.


Calendario Priégola 2017

Calendario Priégola 2017


Estamos entregando a todos nuestros clientes de domicilio el calendario de Priégola para 2017. Si todavía no has recibido el tuyo puedes solicitárnoslo por correo electrónico o llamando al 91 815 1702 y tu lechero te lo hará llegar en tu próxima entrega. Gracias


Ensalada con mousse de queso de cabra

Ensalada con mousse de queso de cabra

por Miriam García


Después de las Navidades toca aligerar la dieta, más que nada porque nos lo pide el cuerpo. ¿No acabáis saturados de tanta comilona? Nos pasa un poco a todos, por eso es el momento de comer verduras, ensaladas y cositas a la plancha.

Esta ensalada tiene un fantástico sabor gracias a que lleva verduras y frutas asadas, que se adornan con porciones de una sabrosa mousse de queso de cabra. Una forma fácil y original darle vidilla a una ensalada.

Ingredientes

  • 4 zanahorias cortadas en rodajas
  • 2 manzanas
  • Un puñado de uvas
  • 2 cdas. de vinagre blanco
  • Unas lascas de panceta (optativo)
  • Unos buenos puñados de lechuga u hojas verdes
  • 200 g de queso de cabra suave
  • 40 ml de leche entera o semidesnatada Priégola (opcional SIN LACTOSA)
  • 250 ml de nata líquida Priégola
  • Sal y aceite de oliva al gusto

Elaboración

  1. Empezamos por hacer la zanahoria al horno. La ponemos en una fuente plana, la bañamos con aceite de oliva, salamos y la asamos 20-30 minutos a 200°, según sea la calidad, hasta que esté tierna. La vigilaremos de vez en cuando para no quemarla.
  2. Cuando la zanahoria vaya estando tierna agregamos en la fuente la manzana troceada (se puede dejar sin pelar) y las uvas. Podemos bañar con un par de cucharadas de vinagre.
  3. Mientras tanto preparamos la mousse de queso: batimos el queso con la leche hasta que se deshaga. Montamos la nata hasta que esté dura. Mezclamos un cuarto de la nata con la mezcla de queso, para homogeneizar consistencias, y luego esta mezcla con el resto de la nata montada.
  4. Pasamos la mousse a una manga pastelera con boquilla redonda y reservamos en la nevera.
  5. Sacamos la fuente del horno cuando las frutas y la zanahoria estén tiernas. Reservamos.
  6. Para servir la ensalada repartimos en los platos la lechuga o ensalada verde limpia y seca, picada menudamente. Distribuimos por encima la zanahoria y las frutas, así como la panceta pasada por la sartén, si la ponemos. Sazonamos al gusto.
  7. Acabamos la ensalada añadiendo con la manga pegotitos de la mousse de queso de cabra. Buen provecho.


Mailänderli
Galletitas suizas de Navidad

Mailänderli, galletitas suizas de Navidad

por Miriam García


Las galletas mailänderli o pastas de Milán son un clásico de las navidades suizas. Se trata de unas pastitas mantequillosas y con sabor a limón que se comen sin sentir; la masa se estira y se corta con cortadores de galleta con diversos motivos navideños. De modo que sí, lo habéis adivinado: necesitáis cortadores.

Pero esa es toda la dificultad de las galletas. Además, como todas las pastas que se elaboran con cortadores son una excelente excusa para meter a los niños en la cocina. Todo es ponerse, que ya veréis como os lo pasáis bomba.

Ingredientes para 50-60 unidades

  • 250 g de mantequilla con sal (ablandada)
  • 225 g de azúcar blanquilla normal
  • 3 huevos medianos
  • la ralladura de un limón
  • 600-650 g de harina de repostería o corriente
  • 2 yemas de huevo adicionales
  • un chorrito de nata líquida.

Elaboración

  1. Batimos un poco la mantequilla ablandada a temperatura ambiente en un robot o con unas varillas eléctricas. Agregamos el azúcar y batimos otro poco para que se homogeneice la mezcla.
  2. Rallamos la piel del limón, evitando poner nada de la parte blanca, que nos amargaría el dulce, y la añadimos a la mantequilla.
  3. Vamos añadiendo los huevos de uno en uno sin dejar de batir y rebañando bien las paredes del bol, hasta que esté todo integrado. Entonces añadimos la harina tamizada.
  4. Mezclamos hasta tener una masa homogénea y que apenas se debe pegar a los dedos. Si se pega en exceso agregaremos harina. La envolvemos en un plástico y la ponemos en la nevera por lo menos una hora, para que repose y se ponga firme.
  5. Terminado el reposo enharinamos ligeramente la mesa, dividimos la masa en dos partes (mantendremos tapada la que no estemos trabajando) y extendemos la masa con el rodillo hasta un grosor de 5 mm. Puede ser necesario enharinar ligeramente también la superficie de la masa.
  6. Cortamos pastas con el cortador elegido y las vamos poniendo en una bandeja de horno con papel  de hornear. Para hacerlo más entretenido se pueden utilizar cortadores de diferentes formas (estrella, árbol, corona, corazón, etc.) Los recortes se pueden juntar y volver a estirarlos para cortar más galletas.
  7. Procedemos de igual manera con la mitad de masa restante. Antes de cocer las galletas las pintamos con la yema de huevo batida con un poco de nata líquida.
  8. Cocemos las galletas por tandas en el horno  a 200° unos 10 minutos, vigilando que no se doren en exceso. Las sacamos a enfriar sobre rejilla.

Truco: Se pueden consumir durante todo el año ya que se conservan muy bien dentro de una caja metálica hermética, por lo que se pueden preparar con cierta antelación.

En Suiza es tradición hacer bastante cantidad de pastas e ir regalando pequeñas cajas a los familiares. Mailänderli es una variedad de los más de 50 diferentes tipos de pastas navideñas que se elaboran en el país helvético.

¡Felices fiestas!


Cómo hacer creme fraîche

Cómo hacer creme fraîche o nata agria con nata Priégola

por Miriam García


La creme fraîche es un ingrediente frecuente en las recetas francesas, sin ir más lejos en la famosa quiche Lorraine, y la crema agria es un ingrediente básico de la cocina eslava, pero… ¿sabemos lo que son?

Os vamos a explicar qué son exactamente estas dos cremas, que son lácteos fermentados, y cómo hacerlas en casa. Sí, porque se pueden hacer en casa sin grandes dolores de cabeza y quedan fetén. Para usarlas en vuestros magníficos platillos o para comerlas a cucharadas.

Tanto la creme fraîche como la nata agria son natas fermentadas por bichos similares a los que fermentan la leche para darnos yogur. Se diferencian fundamentalmente en que la creme fraîche contiene más grasa que la nata agria.

¿Qué es lo que hacen los bichejos? Pues de forma similar a las bacterias que producen el yogur, fermentan los azúcares propios de la nata y producen ácido láctico. Esta acidificación produce no solo el sabor del lácteo fermentado, sino que hace espesar la nata. Por eso las cremas agrias son más densas que la nata de origen.

También existe un atajo para hacer nata agria o creme fraîche que prescinde de los bichos y que consiste sencillamente en acidificar la nata con limón. Esta acidificación también produce el espesamiento. El sabor es ligeramente distinto, pero también está rica.

Ingredientes

  • 500 ml de nata líquida Priégola
  • 2 cdas. de fermento para quesos o 3 cdas. de yogur o 2 cdtas. de zumo de limón

Elaboración

Mezclamos cualquiera de los ingredientes citados (no todos a la vez) con la nata en un tarro y dejamos a temperatura ambiente por lo menos toda una noche, con la tapa puesta pero sin apretar, para que respire. La fermentación necesita que la temperatura no sea muy baja, unos 20-21° que pueda haber en una cocina en invierno están bien.

Al día siguiente nos encontraremos que la nata ha espesado hasta formar una crema densa. Si aún está líquida no desesperéis, significa que necesita algo más de tiempo. Removed un poco para aseguraros de que esté bien mezclada y esperad alguna hora más.

Cuando la crema haya espesado, tapamos el tarro herméticamente y lo guardamos en la nevera. No aguanta más de 4-5 días, así que tendréis que inventar algo para usarla…

Ni la creme fraîche ni la nata agria son unos ingredientes muy populares en nuestro país, pero resultan deliciosas tanto en dulce como en salado. Probadlas con unos blinis con un poco de salmón o con pasta rellena al estilo ruso… Fetén.


¡Gracias Gonzalo!

En esta época en la que lo más común es lamentar la fuga de cerebros en España, es maravilloso escuchar historias que tornan a la inversa. A sus 27 años, Gonzalo Muiño es uno de los grandes talentos de la ilustración en nuestro país. Su formación transcurrió entre Madrid y Nueva York y después de unos años en la Gran Manzana trabajando para editoriales tan importantes como Penguin o Random House decidió volver a casa. Y la decisión no pudo ser más acertada porque sus ilustraciones  ya han aparecido en publicaciones tan prestigiosas como Vogue, YoDona, Smoda, Time, Grazia, AD, Glamour o incluso en Stylelovely

Estamos encantados con las fantásticas ilustraciones creadas por Gonazlo Muiño para Priégola que sin duda, sabe poner de manifiesto el lado más humano de nuestro trabajo diario. ¡Gracias Gonzalo!


Panna Cotta de Chocolate

Panna Cotta de Chocolate

por Miriam García

La panna cotta es un postrecillo italiano que consiste nada más y nada menos que en nata cuajada con gelatina. Parece que en origen la nata se cuajaba con calor utilizando claras de huevo, pero acabó evolucionando a una versión muy cómoda que es esta de usar gelatina, sin más.

Panna cotta significa literalmente eso, nata cocida, y usando una nata de calidad como Priégola el resultado es magnífico, por esa razón y por su sencillez es un dulce que se ha hecho tan popular. Imaginaos si además combinamos la nata con chocolate… para chuparse los dedos sin dejar ni uno.

Ingredientes

  • 200 ml de nata líquida Priégola
  • 170 g de chocolate negro de cobertura
  • 45 g de azúcar blanquilla
  • 2 ½ de gelatina en polvo sin sabor

Elaboración

  1. Ponemos el chocolate en un bol apto para microondas y lo derretimos, en intervalos cortos y removiendo bien para evitar que se recaliente el chocolate.
  2. Ponemos la nata en un cazo y la calentamos junto con el azúcar, hasta que se disuelva.
  3. Mientras tanto hidratamos la gelatina en polvo en un cuenco, con 3-4 cucharadas de agua fría.
  4. Cuando la gelatina esté hidratada la añadimos a la nata y la llevamos a ebullición. En cuanto hierva apagamos el fuego y removemos para que se disuelva la gelatina.
  5. Agregamos el chocolate derretido y mezclamos bien, hasta que la mezcla esté homogénea.
  6. Vertemos la mezcla en 5-6 flaneras pequeñas y la dejamos enfriar a temperatura ambiente. Después metemos los moldes en la nevera para que la panna cotta acabe de ponerse firme.
  7. Desmoldamos en platitos y servimos. Podemos tomar los flancitos solos, con algo de nata montada o con alguna confitura de frutos rojos, ¿a que es buena idea?

Un truco: si queréis que os quede ese acabado brillantito que se ve en las fotos tenemos que untar los moldes antes de verter la mezcla de la panna cotta con glucosa líquida. Es un ingrediente que se encuentra en las buenas tiendas online de material de pastelería. Además facilita el desmoldado.


Croquetas de queso al estilo belga, Kaasfondue

Croquetas de queso al estilo belga, Kaasfondue

por Miriam García


Una vez más os traemos una receta salada que se elabora con leche. Las croquetas de queso al estilo belga, kaasfondue o fondue de fromage (según estemos en zona flamenca o no) son muy populares en Bélgica y también en Holanda. Son un bocado favorito de los niños y de los adultos, igual que ocurre aquí con nuestras croquetas.

La gastronomía belga no es muy conocida fuera de este país, pero es excelente, a caballo entre la gastronomía francesa y la alemana, pero con platos y productos propios de excelente calidad.  Estas ricas croquetas son parecidísimas a las nuestras, pero siempre llevan queso en la masa. Quedan suaves y muy cremosas.

Ingredientes

  • 40 g de aceite de oliva
  • 50 g de mantequilla
  • 180 g de harina corriente
  • 800 g de leche entera Priégola
  • 1 yema de huevo
  • 1 pellizco de nuez moscada
  • Sal al gusto
  • 120 g de queso suave (gruyere o manchego tierno)
  • 2 huevos para rebozar
  • Pan rallado
  • Aceite de oliva virgen para freír

Elaboración

  1. En una sartén amplia ponemos el aceite y la mantequilla. Calentamos hasta que la mantequilla burbujee y añadimos la harina. Removemos bien con cuchara de madera para que la harina se impregne de la grasa y para que se tueste y no sepa a crudo.
  2. Añadimos 200 ml de leche y  removemos bien con la cuchara de madera, hasta que forme una masa uniforme. Vamos añadiendo más leche poco a poco, removiendo vigorosamente cada vez y deshaciendo los grumos que se formen con la cuchara.
  3. Agregamos el pellizco de nuez moscada y algo de sal, y procedemos como antes hasta haber incorporado toda la leche. Debemos obtener una pasta densa y homogénea.
  4. Hay que ser cuidadosos con la sal, porque el queso también sala. Agregamos el queso mientras la masa aún está caliente y mezclamos. Por último, añadimos la yema de huevo y homogeneizamos. Probamos la sazón y rectificamos si hiciera falta.
  5. Vertemos la masa en una fuente amplia, previamente aceitada, de modo que nos quede una capa de un dedo y medio de grosor aproximado, para luego cortar cuadradillos como si fuera leche frita. Tapamos bien con plástico y dejamos enfriar. Después metemos la masa en la nevera toda una noche.
  6. Al día siguiente, cortamos la masa en cuadrados o en rectángulos, como hice yo, y rebozamos sucesivamente en pan rallado, en huevo batido, y otra vez en pan rallado. Freímos en abundante aceite de oliva caliente y las pasamos a una fuente con papel de cocina para empapar algo de la grasa. Devoramos bien calentitas.


Bizcocho de Chocolate con Simbiotic Drink

Bizcocho de Chocolate con Simbiotic Drink

por Miriam García


Los lácteos fermentados como Simbiotic Drink, sirven para muchas más cosas de lo que habitualmente se piensa, por ejemplo para dar sabor y esponjosidad a un bizcocho como este de chocolate. ¿A que no se os había ocurrido? No te acostarás sin saber una cosa más.

Esta receta está inspirada en una fórmula del blog Uno de dos en que se adapta el uso del buttermilk o suero de mantequilla fermentada al uso con una bebida fermentada. La idea es estupenda, por eso no he tenido ningún reparo en copiársela a mi amiga Pam, ejem.

He optado por hacer el bizcocho en un molde rectangular y con las cantidades que damos queda bastante grandote. Pero se puede hacer con cualquier otra forma. Vamos con la receta:

Ingredientes:

  • 230 g de mantequilla ablandada
  • 340 g de azúcar
  • 4 huevos grandes a temperatura ambiente
  • 280 g de harina de repostería
  • 60 g de cacao puro sin endulzar
  • ½ cdta. de bicarbonato sódico
  • 1 cdta. de levadura Royal
  • 1 pellizco de sal
  • 300 g de Simbiotic Drink a temperatura ambiente

Elaboración:

  1. Pesamos y tamizamos la harina con el cacao, la levadura, la sal y el bicarbonato sódico. Reservamos.
  2. Medimos el Simbiotic Drink y reservamos.
  3. Engrasamos con mantequilla y enharinamos un molde de bizcocho; podemos también forrarlo con papel de hornear. Reservamos.
  4. En un robot o con batidora de varillas batimos la mantequilla blanda (no derretida) con el azúcar hasta que esponje y blanquee, unos minutos.
  5. Agregamos los huevos de uno en uno a la mantequilla batida, a una velocidad algo menor, hasta incorporarlos todos y obtener una mezcla más o menos homogénea.
  6. Añadimos entonces un tercio de los sólidos. Mezclamos con espátula. Añadimos un tercio del Simbiotic Drink y mezclamos.
  7. Repetimos la anterior operación otras dos veces hasta haber añadido todos los ingredientes. Homogeneizamos con movimientos suaves y envolventes para que no se nos baje el montado de la mantequilla.
  8. Vertemos la mezcla anterior en el molde preparado y alisamos un poco la superficie con una espátula.
  9. Cocemos el bizcocho en el horno a 175° (no debemos meterlo hasta que no esté bien caliente, ojo, yo mido la temperatura con un termómetro externo) unos 45-50 minutos. Probamos con una brocheta que esté cocido por el centro y lo sacamos.
  10. Invertimos el molde sobre una rejilla y dejamos que el bizcocho se enfríe por completo antes de consumirlo.